Guía de The Devil Inside

Deva entra en acción

Solución

Satisfecho por cómo se estaban desarrollando los acontecimientos, el expolicía regresó a la sala de entrada y subió por la única escalera que se mantenía en pie. Tras abatir algunos zombies despistados y recoger un poco de munición y la llave de la biblioteca, se asomó por el balcón y divisó un extraño símbolo mágico en la base de la fuente. Esa era la señal que marcaba la apertura de una grieta espacio-temporal, comunicada directamente con el Averno, para traer de vuelta al mundo de los vivos a la diablesa Deva.

Bajó al piso de abajo saltando a la columna sesgada, para recoger algunos cartuchos, y se introdujo en la fuente. Un fulgor sobrenatural iluminó al cámara, y al instante la silueta desgarbada de Dave se transformó en el sensual contorno de la enigmática Deva.

La diablesa había aceptado habitar el cuerpo de Cooper, como condición indispensable para atrapar a Night, fugado de las mismísimas entrañas del Infierno. El hecho de que tuviese todas esas cámaras filmando sus movimientos, era accesorio; ya ajustaría cuentas con ellos después.

Deva tenía el poder de conjurar poderosos encantamientos de ataque, capaces de desintegrar la envoltura carnal de los zombies y extraer su materia espiritual. Si, más tarde, devolvía las almas capturadas a Lucifer, podría ser recompensada con nuevos poderes.

Deva tenía la ventaja de que sus conjuros no necesitaban munición, pero se fundían a los diez o doce disparos. Entonces, debía esperar unos segundos para volver a utilizarlos. Por tanto, la diablesa debía calcular fríamente, en medio de la lucha, los momentos en que podría quedarse sin protección, para buscar un refugio o esquivar a los monstruos el tiempo suficiente para recargar los hechizos.

Aunque ya había contemplado la transformación en numerosas ocaciones, Jack T. Ripper nunca dejaba de asombrarse. Por supuesto, prefería contemplar las curvas peligrosas de la diablesa antes que el pelo de punta de Cooper, y la audiencia parecía ser también de la misma opinión.

Puesto que compartía los pensamientos de Dave, Deva supo instantáneamente que la búsqueda del Aullador de la Noche debía continuar por la puerta que llevaba al pasaje de las estatuas. Lo recorrió durante unos metros, hasta que la pared del fondo estalló en un crujido de fuego y madera, y un horrible monstruo de silueta semihumana, pero de caminar semejante a una araña, se abalanzó rápidamente sobre ella.

Con una sacudida casi espasmódica, la diablesa cargó uno de sus hechizos de ataque en la palma de sus manos, y disparó sin parar a la criatura. Ésta se consumió en una bola de fuego, que no hizo sino aumentar las energías de Deva, pues las llamas eran para ella un bello recuerdo de su estancia en el Infierno.

La explosión del muro había dejado al descubierto un habitáculo secreto con una baldosa y una estatua con una hoja de papel. Al pisar el baldosín, un dispositivo oculto activó algún engranaje, tal como certificaba el gemido metálico que podía escucharse. Gracias a la llave del salón, Deva pudo acceder a la puerta de la izquierda. Aquí se hizo con una escopeta al abrir el grifo de la cerveza, y la llave del comedor escondida en un cajón. También accionó la palanca de la pared situada tras la barra del bar.

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