A mediados de los 90 se produjo un cambio que revolucionó el mundo de la informática en general y el de los videojuegos en particular: el cambio del soporte físico a las nuevas tecnologías ópticas. La irrupción del CD con su enorme capacidad respecto a sus coetáneos (disquettes y cartuchos principalmente) dió muchas más posibilidades a los desarrolladores que ya no tenían que preocuparse en exceso por la capacidad del soporte de almacenamiento.

Lylat Wars (también conocido como Star Fox 64) fue uno de los grandes juegos para N64 del año 1997. Presentado como un shooter sobre railes, nos ofrecía muchos niveles llenos de acción.

Pocas sagas consiguieron levantar, a principios de hace dos décadas, tantas pasiones como levantó Indiana Jones. Pese a contar solo con dos entregas, ambas fueron firmadas por LucasArts, que en aquél entonces era sinónimo de excelencia. A diferencia de su segunda entrega (Indiana Jones and the Fate of Atlantis), ésta se basó en el guión de la película en lugar de un guión propio, aunque lo expandió con alguna trama propia del juego.

En los años 80 Nintendo y su NES eran los reyes de la época, y a lo largo de la vida de esta consola fueron saliendo periféricos para ella de lo más variopintos. El más famoso es la pistola Zapper, y uno de los míticos juegos para ella es del que vamos a hablar hoy, Wild Gunman, que nos trasportaba al salvaje Oeste para retarnos en duelo contra feroces forajidos.