Recordando
Retro Review de Little Nemo: The Dream Master

Un plataformas de ensueño para NES

Capcom es una de las compañías más importantes y longevas de la industria de los videojuegos, desarrollando y publicando títulos desde la década de los 80, atreviéndose con casi cualquier género y siempre manteniendo una gran calidad. Para NES desarrolló grandes títulos, especialmente plataformas, cada uno de ellos con una jugabilidad distinta. En NoSoloBits ya hemos escrito sobre varios de ellos como Mega Man, DuckTales o Rescue Rangers. Hoy le toca el turno a Little Nemo: The Dream Master, otro de sus grandes clásicos.

Little Nemo: The Dream Master fue publicado en el año 1990 en Estados Unidos y Japón, pero no fue hasta finales de 1991 cuando llegó a Europa. Está basado en la película japonesa de 1989 llamada Little Nemo: Adventures in Slumberland (que a su está basado en un tira cómica americana de mismo nombre creada en 1905). El juego fue recibido en su momento y con los años se ha convertido en uno de los plataformas de referencia de NES, tanto por su jugabilidad y diseño de niveles como por la endiablada dificultad que oculta tras sus coloridos y dulces gráficos. Por otra parte, Capcom también desarrolló otro juego de Little Nemo para arcade, siendo este totalmente diferente, más centrado en la acción y con modo cooperativo para dos jugadores.

La historia del juego se basa ligeramente en el argumento de la película. Mientras el pequeño Nemo duerme, en sus sueños llega un mensajero del País de los Sueños que le explica que la Princesa Camille necesita su ayuda para rescatar a su padre, el Rey Morfeo, de las garras del Rey de las Pesadillas. Nemo se muestra reticente a ayudar en un principio, pero al final se anima a cambio de que le den caramelos (cosas de niños).

Pasada la introducción, empezamos la partida controlando al pequeño Nemo el cual puede moverse por los escenarios, saltar y lanzar caramelos. Estos caramelos tienen dos efectos posibles. Por una parte, sirven para paralizar brevemente a los enemigos, pero el efecto más importante es el de alimentar a diferentes criaturas que hay por los escenarios, las cuales nos permitirán controlarlas a cambio de tres caramelos. Este es el factor clave de Little Nemo, ya que los niveles están repletos de desafíos y puzzles en los que necesitaremos a alguna de las criaturas para poder superarlos. Por ejemplo, la rana nos permite saltar a terrenos elevados, el lagarto nos permite pasar por túneles o trepar por muros o la abeja nos permite volar durante unos segundos. Además, algunos de estos animales tienen la habilidad de atacar para vencer a los enemigos o más puntos de salud que nos permitirán aguantar más ataques.

El objetivo de cada nivel es recoger una serie de llaves que hay distribuidas para poder abrir la puerta que nos llevará al siguiente nivel. Además de estas llaves, también podemos recoger objetos de curación y vidas extra. El juego está distribuido en ocho niveles diferentes. Estos niveles son muy variados tanto en ambientación como en los retos que nos presentan. Durante la partida nos encontramos en multitud de situaciones, empezando por un bosque, pasaremos también por niveles acuáticos, viajaremos encima de un tren a toda velocidad y finalmente llegaremos al mundo de las Pesadillas, el último nivel. En esta última pantalla la jugabilidad cambia ligeramente por dos motivos, ya que por una parte no tenemos que recoger llaves y por otra nos otorgan una varita mágica con la que podemos atacar a los enemigos cargando un poderoso rayo de energía. Curiosamente, solamente nos enfrentaremos a jefes en esta última pantalla.

Como hemos comentado en un párrafo anterior, detrás de la apariencia dulce e inocente del juego, encontramos una dificultad bastante elevada, que incluso llega a ser cruel en algunos momentos de la partida. Los escenarios están repletos de enemigos a los cuales solo podemos paralizar y esquivar a no ser que estemos controlando a una de las pocas criaturas con capacidad de atacar. Por si esto fuera poco, los enemigos son infinitos y no dejarán de aparecer por todas partes. Algunos de estos enemigos son fáciles de esquivar, pero otros como los dientes de león son una auténtica pesadilla. Por si esto fuera poco, también hay trampas como pinchos o fosos de lava que acabarán con nosotros al primer roce. Por suerte, el juego tiene checkpoints en los que apareceremos si perdemos una vida, y en caso de quedarnos sin ellas podremos empezar desde el principio del nivel.

A nivel técnico es excelente. Los escenarios son grandes, llenos de detalles y muy variados. Los personajes también están muy bien diseñados, especialmente el pequeño Nemo, el cual tiene una forma de saltar realmente adorable. Además, a lo largo de la partida podemos disfrutar de diferentes cinemáticas que nos cuentan la historia. Por contra, podemos ver algunos problemas gráficos y ralentizaciones en algunas partes, pero no impactan demasiado en la jugabilidad. Musicalmente es una delicia, con melodías animadas y pegadizas que acompañan estupendamente a la acción del título.

Little Nemo: The Dream Master es un estupendo y carismático plataformas que hará las delicias de los jugadores más exigentes. Todo un clásico de Capcom que sorprende por su gran jugabilidad y su excelente diseño de niveles.