Guía de Curse of Enchantia

IV - El Abismo

Solución

EN ESTA FASE, aparecemos sobre la cornisa de un abismo que parece no tener fondo. Seguimos la cornisa y lo primero que nos encontramos son unas ratas suicidas que nos hacen ver dónde nos llevaría el mínimo fallo. Llegamos hasta un entrante donde hallamos unos guantes. Los cogemos y continuamos. Pero una piedra nos impide el paso. La empujamos y la hacemos caer en un saliente, para saltar sobre ella y llegar al otro extremo. En este punto, debemos tener cuidado con una roca que cae desde la zona superior. Tendremos que evitarla, si no, un buitre salvador vendrá en nuestra ayuda, devolviéndonos al principio. Lo siguiente que encontramos son unos botones en la pared y un mutante que nos electrocuta. Para evitarlo, usamos los guantes, lanzándolo hacia el abismo. Los botones que hay que empujar son el 1, 2 y 4. Una vez pulsados, vemos cómo se nos habilita el paso. Recogemos un rollo de cuerda que algún despistado se dejó y seguimos avanzando con precaución, ya que el siguiente peligro es un alud. Esperamos a que empiecen a caer las piedras y, una vez hayan cesado, vamos hasta el entrante rocoso de la pared. Aguantamos un nuevo alud y seguimos hasta el siguiente entrante. Allí encontramos una pastilla de jabón que recogemos y, una vez haya finalizado la "lluvia", salimos zumbando. Llegó la hora de ponerse el jabón en la cabeza, con lo que una pequeña piedra que nos rebotaba en el "coco", quedará adherida a él. Con ella, le atizamos a un peñasco, que cae, facilitándonos un puente. Continuamos y un nuevo corte nos impide el paso, pero lanzamos la cuerda y saltamos sobre ella. Encontramos una inscripción en la pared que examinamos, resultando ser aquellas famosas palabras mágicas de "Ábrete Sésamo!". Seguimos adelante, ya que otra enorme roca está dispuesta a aplastarnos; si lo hace, nos tocará volver al principio. Conseguimos franquearla y llegamos hasta lo que parece el final del abismo. Un corte a nuestra derecha y una gruta al frente nos impiden avanzar. Emulando a Alí Baba, echamos mano de nuestro nuevo bocadillo y pronunciamos las palabras mágicas, presenciando cómo surten su efecto sobre la gruta del fondo. Nos adentramos en ella, esperando encontrar mil y un tesoros. Lo único que encontramos es un viejo loro que, al saludarlo, nos hace ver un ventilador y un extintor. No contento con habernos hecho polvo el cerebelo, nos convierte en rana saltarina, que de un enorme salto se planta de nuevo en la casa situada en la calle de la maga Sally. Menos mal que en el trayecto hemos vuelto a nuestra apariencia real. Nos encaminamos de nuevo hacia casa de Sally, para ver si nos da alguna otra pista y..., efectivamente, tras darle algo más de pasta y echando mano de su bola mágica, nos indica que encaminemos nuestros pasos hacia la tienda de Benn. Igualmente, vemos a la cucaracha del final de la calle, franquear el paso a una imagen nuestra con cabeza de cerdo. Nos dirigimos hacia la tienda de Benn y comprobamos que ahora se encuentra abierta, permitiéndonos el paso. En la tienda conoceremos al moro Benn que, como todos, sólo entenderá con "pasta gansa". Le damos algo de la nuestra, con lo que nos ofrecerá un vestido de mujer. Lo cogemos y nos marchamos hacia el vestidor del fondo. En él, nos ponemos el vestido, pero no satisfechos por nuestra femenina apariencia, nos lo volvemos a quitar colgándolo de la percha. Al hacerlo activamos un resorte oculto que nos abrirá la puerta hacia la siguiente fase.

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