Recordando
Retro Review de Touché: Las Aventuras del Quinto Mosquetero

Humorística y curiosa adaptación del clásico de Dumas

Para sorpresa de nadie hoy os vamos a volver a hablar de una aventura gráfica que, si bien su calidad es bastante alta y quienes la probaron quedaron encantados, no ha quedado grabada en el ideario colectivo videojueguil. La aventura en cuestión es Touché: Las Aventuras del Quinto Mosquetero.

Ya nos habréis leído en ocasiones anteriores enumerar alguna de estas aventuras gráficas tardías que llegaron en el ocaso del género, cuando los gustos de los jugadores habían empezado a explorar nuevos horizontes. Las point & click no estaban tocadas de muerte, como ya sí pasaría uno o dos años más tarde, pero desde luego ya no contaban con el fervor aventurero de años atrás. Si a esto le sumamos que Touché fue desarrollado por una compañía desconocidísima, Clipper Software, que solo cuenta en su haber este juego... pues todavía peor. No en vano, que fuera el único juego propio que lanzaron al mercado dice mucho respecto a las ventas, que no debieron ir nada bien, reforzando el argumento anterior. Para colmo de males, algo que remató el nivel de ventas, fue que el juego fue distribuido por U.S. Gold, quienes en el momento del lanzamiento se estaban yendo a pique, siendo comprados meses después por Eidos Interactive.

Sin querer extendernos mucho más en el preámbulo de la review, el juego fue desarrollado en una pequeña oficina habilitada en la casa de Graham Lilley, quedando patente que la estructura empresarial de Clipper Software era algo prácticamente inexistente, fue un loable esfuerzo colectivo que lamentablemente no tuvo continuidad.

El juego es una muy, pero que muy libre adaptación del clásico "Los Tres Mosqueteros" de Alexandre Dumas, en formato aventura gráfica point & click clásica. Geoffroi Le Brun, alférez de los mosqueteros de Su Majestad, llega en medio de la noche a Rouen, Francia, en pleno siglo XVI, donde deberá comenzar su andadura en su nuevo destino en el cuartel general de los mosqueteros. Justo a su llegada, el Conde d'Itee, William de Peuple, es asaltado por unos bandidos, quienes le roban su testamento. Geoffroi le promete a William, antes de que la vida de éste se apague para siempre, su ayuda para encontrar su testamento y que los beneficiarios sean los que tienen que ser.

Por supuesto, nadie dijo que recuperarlo fuera fácil, por lo que tendremos que recorrer toda Francia, acompañados de nuestro sirviente, Henri, quien será de gran ayuda.

Como comentábamos antes, el juego es bastante clásico en su desarrollo point & click. Apuntando con el ratón donde queremos realizar la acción, se nos abrirá un menú contextual con las acciones disponibles, en lugar del clásico puntero con iconos en aventuras lanzadas alrededor de esa fecha. Como en otras tantas aventuras, los diálogos con otros personajes cobran especial relevancia, esenciales para poder avanzar en la historia. Respecto al inventario, lo tendremos en la parte inferior de la pantalla, donde veremos todos los objetos que estamos portando en ese momento.

Queremos insistir en el tono humorístico que desprende toda la aventura gráfica porque es uno de los elementos fundamentales, dando lugar a situaciones hilarantes, como el momento en que Geoffrei recita un poema a una bella damisela.

El juego disponía de voces (aunque diría que solo en inglés, en su versión española se seguían escuchando en el idioma de Shakespeare), así como una solvente banda sonora y efectos de sonido. En el apartado puramente técnico, el juego es francamente bueno.

Respecto al diseño de escenarios, está repleto de detalles que nos transportan a esa Francia del Siglo XVI, son tremendamente bellos y bastante variados. Mención especial al mapa, por el que nos podremos desplazar de un lugar a otro, muy elaborado, llamaba bastante la atención.

Para no ponernos pesados con las alabanzas, lo único que os diremos es que si no lo habéis probado, lo hagáis, tuvo una inmerecida suerte fruto de varios factores, algunos de ellos se escapaban totalmente de las manos de los autores, como la quiebra técnica de su distribuidora.