Guía completa de Hollywood Monsters

Guía completa de Hollywood Monsters

1. Sue en la mansión de Otto J. Hannover

"¡El evento más importante del año! Frankie estará allí. Con Quasimodo, Húmero, Junior... ¡es tan guapo! Y por supuesto la mejor reportera. Un poco de encanto femenino... y las mejores entrevistas serán mías".

Estos eran los pensamientos de Sue al llegar a la gran mansión de Otto Hannover. Sin saber lo que le esperaba entró en la casa subiendo por las escaleras de la izquierda y se sirvió un poco del ponche que estaba sobre la mesa de la terraza: para ello empleó un vaso que estaba junto a la ponchera.

La atrevida Sue se dirigió entonces hacia la puerta de entrada de la mansión. Como era de esperar, un mayordomo, Joseph, controlaba el acceso. El criado comprobó su nombre en la lista de invitados, e iniciaron una pequeña conversación.

Una vez que Sue se convenció de lo inútil que era hablar con el mayordomo, decidió entrar en aquella fiesta por la gran puerta que daba acceso al salón. La fiesta estaba tan abarrotada que no había manera de abrir la puerta. Sue lo intentó tres veces sin éxito. Pero al menos, salió Frankie.

Así pudo ver cómo un Frankenstein sumamente nervioso apuntaba algo en un bloc. No estaría de más echar un ojo al cuaderno de notas... pero, ¿cómo coger esa hoja si el mayordomo no se mueve de su mesa?, pensó Sue.

Decidió salir a la terraza y volver a bajar por las escaleras.

Una vez en el lugar desde donde empezó su aventura, vio que en la caseta del perro había algo. Probablemente un hueso hiciera salir al perro. Un hueso… uhmm... ¡Húmero!, el esqueleto bailarín de la terraza.

Le pediré uno prestado, se dijo Sue. Así que decidió esperar a que la música dejase de sonar. Cuando el esqueleto parase de bailar le quitaría uno de sus huesos.

Luego bajó hasta la caseta del perro para darle el hueso y cuando lo lanzó ¡menuda sorpresa!. Lo que había dentro era carnívoro, desde luego, pero no precisamente un perro.

El bicho (o planta, no lo sé) se lanzó en persecución del hueso, que llegó hasta el hall. Entonces el mayordomo tuvo que levantarse de la mesa, pues la planta no podía entrar en la fiesta.

Sue decidió que ahora o nunca era el momento de hacerse con la primera hoja de la libreta. La cogió y entró en el guardarropa, para esconderse del criado. Y allí, casi sola, en el lugar al cual se accede a través de la puerta que se encuentra bajo la escalera, encontró a Charlie en el mostrador. Habló con él y, por si acaso, cogió el trapo que colgaba de una caja llena de trompetillas

Decidió que ya era hora de subir las escaleras para ver qué encontraba en el piso superior. No podía ni imaginar lo que iba a ocurrir...

A la izquierda del distribuidor -que parecía más pequeño de lo que en realidad era- Sue encontró un codo al que seguía un brazo, una espalda y finalmente todo el cuerpo de un bruto llamado Bruno. Habló con él y le ofreció un vaso de ponche. Entonces advirtió que bajo la manga de su chaqueta llevaba una llave dorada. ¿Sería la llave para abrir alguna de las puertas del pasillo?

Una periodista intrépida debía contestarse esa pregunta de inmediato. La única manera de arrebatársela, pensó, sería si estuviera borracho. Dicho y hecho. Volvió a hablar con él para ofrecerle otro vaso de ponche. Y cuando Bruno levantó el brazo para beber, Sue, con una rapidez endiablada, le arrebató la llave. ¿Cómo lo hizo?

  • Situó el puntero del ratón en la zona del cuerpo donde se encontraba la llave.
  • Tras confirmar la acción de darle el vaso, accionó la tecla Control para abrir el menú de acciones.
  • Seleccionó con las teclas del cursor la acción COGER y pulsóIntro antes de que el gorila bajara el brazo. Era la única manera de hacerlo tan rápido como se necesitaba.

Si fallas en esta secuencia deberás volver por otro vaso, llenarlo de ponche, subir las escaleras, hablar con Bruno… y volver a dárselo hasta que consigas la llave.

Existe un truco para ahorrarte demasiados paseos: salva la partida justo antes de darle a Bruno el vaso. Si fallas en el intento recupera la partida tantas veces como sea necesario. Fácil, ¿verdad?

Con la llave en su poder, Sue entró en la primera puerta que encontró a la derecha. ¡Era el despacho del mangante... perdón, del magnate! Ahí había carbón en la chimenea, suficiente para descifrar el mensaje de la nota que escribió Frankie. Usó, para no mancharse los dedos, el trapo que cogió de la caja en el guardarropa para recoger un poco de carbón. Lo usó, dentro del inventario, con la nota que cogió prestada de la libreta en la mesa del criado y así pudo leer lo que Frankie quiso decir al Hombre Invisible.

Alarmada, salió al jardín e intentó ir hacia el edificio del fondo. Otto se lo impidió.

¡Tienes que librarte de él como sea: dale plantón cuando intente citarse contigo. Te dará una tarjeta. Vuelve a su despacho escaleras arriba y entra en él. Abre la puerta del fondo con la tarjeta que te ha dado. Verás que en la habitación hay una manivela de un gramófono sobre la mesa. Cógela y ve al despacho contiguo. Ponla en el gramófono y dale media vuelta. Vuelve a la habitación y verás cómo ha cambiado, le dije.

¡Y ella me hizo caso! Sinceramente, no sé cómo pudo acordarse paso a paso, pero la verdad es que lo llevó a cabo.

Bajó de nuevo al jardín pero Otto no le dejó pasar. Al ver la luz encendida, le dio a entender que su secretaria había llegado (vamos, su cita para aquella noche).

Entonces Sue maquinó algo. Subió a la alcoba y movió una armadura medieval que se encontraba en la pared hasta situarla frente a la ventana, para que se viera desde abajo. Cuando bajó al jardín, Otto, al ver la silueta decidió atender asuntos más importantes y le dejó en paz.

Ahora Sue podría ir hacia el edificio del fondo… Pero no todo salió como ella esperaba...

 

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2. Ron entra en acción

A la mañana siguiente Sue no apareció por el periódico y Ron decidió ir a casa de Otto a investigar qué habría ocurrido. Una corazonada hizo que se dirigiera hacia el edificio que se encontraba al fondo, a la derecha de la casa. Eran las bodegas. Vio el magnetófono de la Sue roto, bajo la ventana. Y la cinta que grabó bajo la rejilla del suelo. Seguro que contiene alguna pista de lo sucedido, pensó.

Tendría que levantar la rejilla para poder coger la cinta y escucharla en su magnetófono. Probó con los mandos de la grúa, pero vio que era imposible moverla.

Volvió a la casa en busca de ayuda y un poco de información, y recogió de la mesa que se encontraba en la terraza la ponchera, el bulto y el limón. ¡Sorpresa! El bulto resultó ser el increíble Hombre Menguante.

Ron entró en el hall de la casa y recogió también el globo desinflado que se encontraba junto a la mesa del mayordomo, en el suelo. Intentó subir por las escaleras pero le fue imposible.

Decidió ir al salón donde tuvo lugar la fiesta, entrando por la puerta grande. Encontró a Junior junto a la pared, reflexionando. Habló con el Dr. Mosca y aprovechó para hacerse con su ticket del guardarropa (un papel amarillento que sobresalía de uno de los bolsillos de su bata) cuando estaba rascándose la cabeza.

Le dijo que se encontraba trabajando en un experimento crucial: un invento para hacer llover.

Si hablas con el Hombre Invisible, el de las vendas y las gafas de sol, te dará la nota que dejó Frankie para él, le dije.

Hacia la derecha en el salón, ya cerca del escenario donde actuaba la orquesta, encontró a Quasimodo y a Spencer McDundee. Habló con los dos y éste último le informó sobre un cóctel escocés explosivo llamado Nessie Boom. Una… curiosa información.

Cuando el hombre con la cabeza en los brazos le dijo dónde vivía, recogió ese dato en su agenda, y lo mismo ocurrió con el resto de las direcciones que le fueron dando.

Ron se acercó al escenario y recogió el micrófono blanco que se encontraba cerca del pie de metal que, horas antes, lo sustentaba. Abrió el micro blanco en el inventario y cogió de su interior un imán. También cogió el pie de metal del micro, que se encontraba en lo alto del escenario.

Después se dirigió al guardarropa por la puerta de debajo de la escalera, como si Sue lo guiase con su espíritu. Cogió, como quien no quiere la cosa, el maletín que estaba en el suelo, junto a Jack el Destripador.

Lo abrió dentro del inventario y encontró… objetos muy interesantes. Ni yo mismo pude dejar de curiosear…

Habló con Charlie, el encargado del guardarropa, y éste le contó muchas cosas que después le servirían para viajar a las residencias de los actores-monstruo repartidas por todo el mundo.

Antes de largarse del guardarropa, le dio a Charlie el ticket del Dr. Mosca y aquél le entregó una caja con su invento para hacer llover.

Como ahora tenía el maletín de Jack el Destripador, Ron se dirigió al hall y cortó, con el bisturí, el cordón rojo que delimitaba el espacio de la estatua. Luego lo cogió y se quedó con él. Volvió al salón y corto con el serrucho la cadena del fantasma que se encontraba levitando sobre el escenario.

Fue a la terraza y tomó del inventario el algodón. Lo empapó con la grasa de uno de los platos que estaban sobre la mesa y lo unió al pie del micrófono dentro del inventario, eligiendo Usar pie de micro con algodón. ¿Te preguntas para qué?. Veamos.

El caso es que cuando volvió de nuevo a la bodega engrasó el raíl que sustentaba la grúa con el algodón grasiento atado al pie del micrófono.

Colocó el gancho sobre la rejilla usando las palancas izquierda y derecha de los mandos que estaban junto a la puerta y usó la cadena que quitase al fantasma para unir la reja y el gancho. Probo de nuevo con los mandos pero la polea se volvió a estropear.

Sólo queda una solución, le dije: Ve a hablar de nuevo con Quasimodo y pídele que te haga una demostración de cómo mueve las campanas en Nôtre Dame. Cuando llegue a las bodegas tirará de la cuerda de la polea y levantará la rejilla". ¡Pues aunque parezca increíble, funcionó a la primera

Así fue cómo Ron pudo coger la cinta magnética del suelo y escucharla en su magnetófono. Advertí que al estar lleno el inventario usó las flechas del margen derecho para mover las filas de objetos y poder usar la cinta con el magnetófono.

Por fin sabía todo lo sucedido. Y pensó, ¡La única manera de rescatar a Sue es juntar los tres pedazos de Frankie y reconstruirle! Él me ayudará.

Y así, sin más, se fue al coche.

Para acceder al coche, sitúa el ratón en el pie de la farola que se encuentra junto a la escalera que sube a la terraza de la mansión.

Acto seguido usó la agenda para ir a casa de Frankie: Nada más y nada menos que a Suiza.

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3. Suiza, la casa de Frankie

Dejé a Ron ir hasta el molino que se encontraba a la derecha, al fondo de la escena. Cuando entró, sin moverse del sitio, encontró a la altura de su rodilla, junto al cubo blanco, un mazo. ¡Cógelo!, le dije.

Salió del molino y llegó al punto de partida en esa región de Suiza. Se dirigió hacia los árboles que se encontraban a la derecha de la casa: es decir, al bosque. No se detuvo en la cabaña y buscó en el pie del segundo árbol a la izquierda de la cabaña hasta que vio IR A CAMINO. Fue por ese lado y llegó a un lugar por donde pasaba un río. Una preciosa niña se encontraba tirando flores, al agua y a sí misma, junto a un tronco.

Ron empleó la jeringuilla que tenía en el inventario con la planta situada a la izquierda. Fue hasta la niña y le pidió, por favor, que le regalase una margarita. Habló con ella hasta agotar todas las posibilidades de la conversación. Y al final pudo coger una margarita del suelo, junto al tronco del árbol.

Contento volvió al camino y desde allí a la cabaña por donde había pasado de largo. Esta vez cogió el palo que estaba al pie del poste izquierdo que sujetaba el porche de la casa. Entró en la cabaña y cuál no fue su sorpresa al encontrar el origen de la horrible música que llevaba tanto tiempo escuchando: un anciano ciego, con el que habló hasta agotar todas las posibilidades, le informó de cosas importantes. Tales como que tenía una varita para localizar oro, que poseía el diario del Dr. Frankenstein o que la margarita es un poderoso laxante.

Antes de abandonar la casa Ron tomó prestado por unos días el salero que se encontraba junto al borde de la mesa. Y de paso la varita buscadora de oro de la pared. Volvió al exterior de la casa y desde allí se dirigió por el camino hasta el lugar donde apareció la primera vez que llegó a Suiza.

Coloca el cursor en la parte inferior de la pantalla para abrir la agenda y poder viajar.

Quería hacer una pequeña visita a la mansión Hannover, así que eligió su dirección en la agenda.

Le dio el salero a Junior, que se encontraba aún en el salón de fiestas de Otto, para que él a su vez le diera el revienta-cráneos. Salió de la casa y fue hacia el coche.

Había decidido visitar Transilvania.

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4. Transilvania: La casa de Drácula

A pesar de lo inhóspito del paraje, y las altas horas de la madrugada, Ron encontró a un extraño frente a las puertas del castillo. No le hizo caso y tras dudarlo varias veces se tiró al foso. Era la única manera de entrar en el castillo.

Y así, de pronto, se encontró en el sótano del castillo. Fue hacia la escalera y descubrió que no podía pasar porque había una reja. Usó el revienta-cráneospara abrir un agujero en ella. Después se dirigió a las mazmorras por la escalera.

Habló con el esqueleto que estaba colgado del pilar entre un sarcófago y las escaleras -al que se le cayó un hueso al tocarlo. Ron, ni corto ni perezoso lo recogió del suelo.

Fue al sarcófago con pinchos (vamos, la dama de hierro que le llaman) y colocó el palo en un agujero que tenía practicado la madera, a la altura de lo que sería el hombro de una persona.

Usó el palo como si fuera una palanca y tomó prestada la cuerda que encontró pegada a la tapa al cerrarse. Se dirigió ahora hacia el corredor, subiendo las escaleras en la última puerta, la que casi no se ve.

Cogió el candil que se encontraba al pie de la escalera. Fue al balcón y vio que había un saliente de madera sobre él.

Si intentas atar la cuerda al mismo verás que no es suficientemente larga. Únela al cordón que habías cogido en la mansión Hannover para alargarla: Hazlo dentro del inventario, le aconsejé sabiamente.

Y él usó la cuerda con el saliente. Entró así en los aposentos de una vampiresa.

Tuvo que tomar prestado un frasco de perfume que encontró en la mesa, junto a una lámpara debajo de un retrato. Tomó también, por supuesto prestado, el cuadro pequeño situado a la derecha del retrato. Fue hacia la puerta y salió de allí.

Entró en la primera puerta que encontró a la derecha. Allí había una vampiresa bastante gorda comiendo sin parar. Usó el bisturí con la carne que había sobre la mesa de la derecha, junto al jarrón y obtuvo un filete que, automáticamente se pasó a formar parte del inventario.

Cogió también la botella azul que estaba sobre el estante del centro en la estantería, bajo los jamones. ¿Sinceramente? En ese momento no sabía para qué, pero seguro que su propósito tendría.

Salió de allí y se fue directamente a la esquina de la derecha. Buscó hasta que encontró IR A SALA. Cuando entró vio una representación de la Muerte con un hábito naranja. Al parecer era el diseño de los trofeos que concedió la Academia a los actores-monstruo... y uno de los trozos de Frankie estaba dentro.

Fue hasta la base del trofeo e intentó abrirlo. Pero entonces llegó Drácula volando (y desafiando la ley de la gravedad, porque con ese cuerpo...) Aprovechó para hablar con él. Luego salió al hall y bajó al patio. Cogió un puñado de paja y bajó el puente levadizo con la rueda que parecía un timón de un barco antiguo.

Sal fuera y verás lo que ha ocurrido, le dije.

Y él ni corto ni perezoso, cogió el camafeo brillante y miró la postal que se encontraba en la esquina izquierda del puente levadizo, cerca del camafeo. Apuntó la dirección del Hombre-Lobo en la agenda y fue a hacerle una visita.

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5. Australia: La casa del hombre lobo

Al llegar entró en el túnel andando porque no fui capaz de convencerle de que se perdería. Intenté hacer que entrase en la vagoneta, pero no hubo manera.

Cuando regresó, exhausto, usó la vagoneta y se dio cuenta de que todas las veces que salía al exterior le convenía anotar la combinación de palancas usada al manipular el cambio de agujas que se encontraba a la izquierda.

Supe desde el primer momento que Ron tendría que agotar todas las posibilidades del cambio de agujas y hacer algo en cada uno de los lugares a donde le llevaran. Y fue esto lo que hizo:

  • En el lugar donde había gas, encontró una piedrecita junto a uno de los travesaños de las vías, a la derecha. Cogió la piedra y usó el globo con la grieta para conseguir un poco de gas. Volvió a montar en la vagoneta. Cuando salió al exterior tuvo que cambiar el sistema de agujas que se encontraba a la izquierda de la entrada del túnel.
  • Cogió el madero del suelo que se encontraba en el lugar donde estaban las dos bombillas y el TNT. Usó de nuevo la vagoneta. Salió y cambió las agujas.
  • Cuando llegó al lugar donde estaba el ascensor pulsó el botón del tercer piso. Cogió las pinzas azules para cubitos de hielo que se encontraban junto al sillón verde. Desde ahí pulsó el botón de en medio en el ascensor y apareció en la sala de descanso, junto al jacuzzi del Hombre-Lobo. Habló con él y cogió los calzoncillos que se encontraban en la barandilla, a la altura de la cara de la pelirroja. Descubrió que el Hombre-Lobo necesitaba ver la película Los malvados gemelos Cocteau. Así que salió de ahí y bajó hasta el primer piso. Entró de nuevo en la vagoneta y probó otra secuencia del cambio de agujas en el exterior.
  • La vagoneta no se detuvo en la sección de la mina que contenía el trofeo del Hombre-Lobo porque los frenos estaban rotos.
  • En la caseta abandonada cogió el gorro de aviador que se encontraba en el pilar, en primer plano. La pala también: estaba apoyada en el pilar situado más a la derecha. Volvió a la vagoneta.
  • Habló con las girls-scouts. Ellas, que estaban acampadas dentro de la mina, no querían darle la baraja y él tuvo que ofrecerles a cambio los calzoncillos del Hombre-Lobo.
  • Volvió a entrar en la mina y llegó hasta un río de agua subterránea. Usó la ponchera en la cascada más alta y volvió a la vagoneta.
  • Habló también con Kart, el minero. Miró en el interior de la caja y cogió un calcetín. Volvió a mirar y cogió la llave.
  • En la casa de Kart subió por las escaleras y abrió la puerta con la llave. Cogió el libro que estaba en el sofá. Lo abrió en el inventario y vio que tenía una carta dentro. Abrió la carta y la miró.

Una vez que había examinado todos los lugares, tuvo que dirigirse a Escocia tomando el camino de la derecha de la mina.

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6. Escocia: La casa del Clan McDundee

Fue hasta lo alto del acantilado y cogió el huevo. Lo usó con el gorro de aviador dentro del inventario y, una vez que el polluelo rompió el cascarón, tomó el trozo de cáscara que había caído al suelo.

Ve y habla con el pescador; le dije. Para contestar con acierto sobre el árbol genealógico tendrás que apuntar los nombres que te diga y en el orden en que te los diga. Luego compara tu lista de nombres con la que aparece en la ventana de diálogo para elegir la respuesta: el nombre que coincida en el mismo lugar que el que ha dicho el pescador será el correcto.

Te hará estas preguntas tres veces. Si aciertas, te dirá los ingredientes del Nessie-Boom: un chorrito de leche, tres dedos de grog y media botella de whisky escocés. Ve hacia la derecha, al hidroavión y luego elige en la agenda la dirección de los estudios M.K.O..

Y así lo hizo para nunca más tener que volver a Escocia.

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7. Estudios M.K.O.

Entró Ron en el estudio 1 que estaba a la derecha de la entrada. Y lo hizo tantas veces como fue necesario hasta enfadar a los que allí se encontraban trabajando. Tubo su recompensa, porque consiguió una película gratis.

Cógela del suelo, se dijo a sí mismo, y, sin más, subió por las escaleras que se encontraban a la izquierda. Usó las pinzas de hielo en el buzón que había junto a la puerta. Sacó de dentro un folleto de publicidad y descubrió que se trataba de panfleto para adelgazar.

Entró, sin dudar ni un instante, por la puerta y cogió el paraguas que se encontraba en el paragüero. Tomó prestada la lupa a la secretaria cuando la dejó un momento sobre la mesa para descansar. Habló con ella para decirle que quería ver al señor Hannover.

Habló con Otto un rato y volvió a la sala donde estaba la secretaria.

Le insinué que pusiera una margarita en la máquina del café (ya sabes que es laxante, Ron) y así lo hizo.

Al poco rato Ron le dijo a la secretaria que quería hablar de nuevo con Hannover: a ver si consigo que se tome un cafetito...

Cuando vaya al baño, se dijo Ron, cogeré el saxo de la estantería e iré a la oficina de Taffy. Así las cosas, Ron volvió a la calle y desde ahí se fue a su coche para viajar de nuevo a Suiza.

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8. Suiza de nuevo

Ron fue hacia el bosque y vio que podía coger resina de uno de los árboles que se encontraban cerca de la cabaña del ciego. Miró el árbol que estaba más o menos en el centro del camino y comprobó que era robusto y estaba lleno de resina. Usó el folleto de adelgazamiento con la resina del árbol y volvió al coche para ir a Australia.

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9. Australia

Usó el sistema de agujas con la vagoneta y volvió a casa del Hombre-Lobo. Pulsó el botón del centro en el ascensor y le dijo al Hombre-Lobo que tenía la película que necesitaba. Dijo que había observado que tenía un proyector en el piso de arriba. En cuanto pudo, le dio la película y le dijo que subiera a colocarla. En cuanto el Hombre-Lobo se puso a verla, bajó al piso de abajo, a la estantería cercana al jacuzzi y cogió un frasco de tratamiento capilar, además del espejo. Ahora tendría que ir a Transilvania.

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10. Mi segunda visita a Transilvania

Fue al interior del castillo y subió al piso de arriba. Entró por la puerta que estaba justo sobre las escaleras. Habló con la vampiresa y se arriesgó a una partida de strip-poker.

Cuando pierdas, coloca el espejo en la alcayata que sostenía el cuadro pequeño. Habla de nuevo con ella para desafiarla a otra partida. Esta vez ganarás. Después sal fuera y ve dos puertas hacia la derecha. Usa el camafeo en la habitación del órgano con el instrumento. Drácula llegará y se irá, le dije muy seguro de mí mismo.

Fue al sala y probó a abrir el trofeo. Pero Drácula volvió de nuevo. Pegó el folleto de adelgazar en el frasco del tratamiento capilar y se lo dio al conde. Éste tiró las pastillas y Ron tuvo que bajar hasta la entrada para recogerlas.

El pastillero estaba cerca de la postal. Las recogió y volvió al castillo. Entró en la habitación de la vampiresa que estaba comiendo. Era la primera puerta a la derecha subiendo las escaleras.

Abrió el pastillero de Drácula en el inventario y sacó las píldoras del Dr. Mabus. Las puso en las bolsas de comida de la vampiresa. Recordó que al conde también le daban sueño esas píldoras...

Cogió el coche y se fue a Egipto.

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11. Egipto

No hagas caso de los mercaderes y ve hasta la entrada de la pirámide, a la izquierda. Antes de entrar desciende por la rampa de la izquierda, que es donde se encontraba la princesa la última vez que la visité. Habla con ella y luego dale el filete al tigre. Verás que se lo come sin pestañear. Vuelve al castillo de Drácula y consigue otro filete. Pero esta vez mete dentro la piedra que encontraste en la mina y vuelve a Egipto para dárselo al tigre. Cuando intente masticarlo perderá un diente. Cógelo: está junto a la rueda de la hamaca, sugerí a Ron.

Luego volvió a la entrada de la pirámide y usó la anilla para llamar. Habló con la Momia y apuntó (tan mala era su memoria) lo que le dijo sobre cómo devolver a su mujer al mundo de los muertos. Cuando acabó, le pidió a la Momia que le enseñase el trofeo. Luego salió de la pirámide y fue al mercado a vender al mercader más bajito el camisón de la vampiresa.

Le dije: Dale también el calcetín remendado. Con el dinero que te dé, ve al mercader más alto y cómprale semillas de flores del Nilo y un pergamino con un conjuro para devolver al Más Allá a alguien resucitado. Ahora ve hasta la esfinge, y quita algo de arena de la pata delantera que está más próxima a ti (usa la pala con la pata de la esfinge). Pon las semillas en el montoncito de arena que has dejado a la derecha. Riega las semillas con el agua que recogiste en la ponchera y recoge la flor que florezca en la planta. Usa el diente del tigre en la hendidura que ha aparecido en la pata de la esfinge y baja las escaleras del pasadizo. Mira el mural y pon el papiro que tenías en el inventario junto a al modelo del dibujo: Tienes que casar las piezas del mural para que representen el dibujo de un escarabajo"

Lo que yo no sabía es que, cuando Ron hiciera eso, saldría un escarabajo dorado corriendo.

Tú usa en el inventario el aceite de la habitación de la vampiresa con el candil que encontraste en una escalera del castillo para seguir al escarabajo a través del laberinto. Sigue al escarabajo hasta que llegues a la cámara con dos columnas y entra en la habitación contigua, sugerí animado por mis últimos descubrimientos.

Entonces fue cuando Ron encontró al tercer gemelo, el cual le dijo en qué consistía la maldición: sólo recae sobre los que vuelven atrás. Para descifrar el jeroglífico tuvo que decirle que ya sabía lo que significaba; que todo era una gran patraña, y que claro que sí, que no había duda alguna.

Dijo: ¡Vamos Gunther! ¿Le engañaría yo?... ¡Y así fue como le engañó!

Al pobre Gunther le cayó una piedra encima, lo que no fue óbice para quitarle la navaja roja que se le había caído de la mano. Ron entró en la cámara y examinó el ataúd de la princesa (el que estaba abierto) con la lupa hasta que encontró un pelo.

Luego movió el bastón que sostenía entre sus manos la figura del sarcófago que estaba examinando Gunther. Una columna ascendió transportándole hasta el altar de Karnak. Usó allí el pergamino y ocurrieron cosas maravillosas: la princesa adelgazó… hasta límites insospechados.

Era el momento de ir a ver a la Momia. Cogió su bastón y lo usó en la cámara. Abrió la base del trofeo y cogió las piernas de Frankie. Salió fuera y tomó prestadas de la hamaca, en la piscina, las gafas de sol y la pamela de la princesa. Volvió al mercado, hacia la derecha, y tomó la avioneta para volar de regreso a Australia.

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12. De vuelta a Australia

Fue a casa del Hombre-Lobo, al tercer piso. Tenía que preparar en la coctelera un Nessie-Boom. Como Ron no sabía cómo hacerlo tuve que echarle otra manita:

Con la palanca de la izquierda cambias la bebida. Con la de la derecha la pones en la copa. Busca leche, grog y whisky y pulsa una vez en cada uno. Pronto tendrás un Nessie-Boom.

Usa el pastillero en forma de ataúd con la copa que contiene el Nessie-Boom en la coctelera. Ahora busca al viejo de la mina y cámbiale la varita de buscar diamantes por la de buscar oro (usa la varita zahorí con su varita). Se pondrá a picar como un poseso. Tú, en el inventario une el imán al pastillero de Drácula y el conjunto al pico del viejo cuando descanse y... ¡sal pitando...!

Tras la explosión, volvió a ver al viejo y le quitó el diamante. Luego se introdujo por el hueco que había creado la explosión y pudo llegar al lugar donde se encontraba el trofeo del Hombre-Lobo. Abrió la parte de abajo y cogió el segundo trozo de Frankie.

Regresó por el boquete hasta la vagoneta y desde allí fue a Transilvania.

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13. Otra vez en casa de Drácula

Una vez dentro del castillo se dirigió a la habitación de la vampiresa gorda y en el inventario abrió la navaja multiusos hasta que encontró el cuchillo. Entonces lo usó con el madero para crear una estaca. Usó la estaca con la vampiresa y cogió una gominola que había caído cerca de la mesa. Cogió el ataúd de la vampiresa para cambiarlo por el del conde y volvió usar el camafeo con el órgano para que viniera Drácula.

Ahora pudo coger la última parte de Frankie, la que estaba en el salón de Drácula.

A Frankie hay que reconstruirlo en Suiza, pero ahora… ¡A la mansión Hannover!

Allí sólo hay que llenar el frasco de perfume con babas del Dr. Mosca y después volver a Suiza.

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14. En casa de Frankie

Lo primero era conseguir el diario de Víctor Frankenstein, en la cabaña del anciano ciego. Se le ocurrió que dándole el saxo podría avanzar en su aventura. Cuando vio que no caía el diario, puso la paja en la chimenea para que ardiera. El viejo abrió la ventana y el libro cayó fuera. Lo cogió y lo leyó en el inventario. Allí se describían avances increíbles… ¡y cómo llevarlos a cabo!

Así que necesitaría una tormenta. Veamos... para provocarla subió al molino y, una vez dentro, se dirigió al piso superior por la escalera. Usó las babas del Dr. Mosca en la piedra que obstruía el engranaje.

Era una piedra rectangular que se encontraba en el primer poste cilíndrico de la maquinaria del molino (según se sube por la escalera). Bajó a la calle y usó el paraguas con las aspas del molino, aunque a primera vista parecía que estaba lejos del mismo. Subió al tejado y colocó allí el invento del Dr. Mosca para provocar la lluvia.

Bajó a la casa de Frankie, la de ladrillo rojo -donde siempre aparecía al llegar a Suiza. Entró en la casa e ignoró a Igor al pie de la escalera. Fue a la biblioteca, a la izquierda. Para entrar en el laboratorio secreto tuvo que hacer lo siguiente:

  • Ordenó los datos que descubrió al mirar los diplomas de la pared por fecha y colocación respecto de su posición. Así el orden de los diplomas era: 1901, 1902, 1903 y 1904. Las fechas: 5,1,3 y 4.
  • La colocación sugería 5 izquierda, 2 derecha, 3 izquierda y 4 derecha. En el globo terráqueo debía pulsar 5 veces el botón izquierdo, 2 el derecho, 3 el izquierdo, 4 el derecho y luego el rojo. Se abrió, así, la puerta que daba al laboratorio.

Fue a la mesa y abrió el cajón. Tomó aguja e hilo de cirujano y usó los trozos de Frankie con la aguja y el hilo en el inventario. Ahora fue a la izquierda de la sala, hacia las cubetas y usó el hueso del esqueleto para poner calcio, la gominola para la glucosa, la rodaja de limón para el ácido cítrico, las cáscaras de huevo para el líquido amniótico y la jeringuilla para la sangre de un ser vivo. Lo puso todo dentro de la cubeta de la gran máquina y accionó el mando a distancia del invento del Dr. Mosca para provocar la tormenta.

¡Pero aún faltaba el cerebro de Frankie!

Tuvo que volver a la Mansión Hannover. Entró en el salón y vio que se ha había abierto una puerta a la izquierda. Era la de la cocina.

Como el cocinero no le dejaría entrar en la despensa, dejó escapar un poco de gas del globo que tenía (el gas que recogió en la mina) y así pudo hacer que el chef se fuera corriendo. A la izquierda de la puerta de entrada encontró el interruptor de la luz de la despensa.

Sobre el aparador había algo envuelto en un trapo: era el cerebro de Frankie. Volvió corriendo al laboratorio.

Cosió el cerebro al cuerpo y usó de nuevo el mando a distancia del Dr. Mosca para provocar otra tormenta. ¡Por fin! ¡Frankie estaba vivo!

Escuchó atentamente lo que tenía que decirte y, Ron decidió ir a los estudios M.K.O.

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15. Estudios de grabación M.K.O.

Entró en el estudio de la derecha y cogió un bote de pintura que había en el suelo. Usó la navaja multiusos (la lima) con el alambre que había en la cuerda entre las vallas y cogió un trozo.

Fue al exterior y luego a la casa que se encontraba al fondo: era el museo de cera. Entró y, como el guardia no le dejó pasar, fabricó en el inventario una ganzúa con la navaja multiusos de alicate y el alambre para usarla en una de las puertas que estaban a la derecha (de las dos, en la puerta de la izquierda exactamente). Cuando bajó al sótano miró en la puerta de la izquierda.

¡No podía dar crédito a sus ojos!¡Era Sue! ¡Y estaba viva!

Le dio a Sue la navaja multiusos y el bote de pintura. Le preguntó que si podría hacer algo desde dentro.

En ese momento Sue recogió el póster que se encontraba junto a la puerta, a la izquierda. Usó la navaja multiusos como destornillador en la placa que se encontraba sobre el pilar cuadrado y la puso en el agujero de la ratonera que se encontraba más hacia la izquierda en la habitación.

Usó el bote de pintura con la rata para pintar un agujero para que el roedor se pegase un trompazo al intentar entrar y, así atraparlo. Le dio la rata a Ron junto con la navaja y el póster. Ron, piensa en cómo sacar a Sue de allí, rápido.

Ron fue al despacho de la secretaria de Otto y le ofreció la rata. Creyó que era un gatito y así, mientras fue a darle leche, Ron pudo coger, y luego abrir, el bolso amarillo que estaba en el perchero.

Dentro del inventario cogió un pase para el museo de cera. Para falsificarlo miró el póster y recortó la cara del actor con la navaja-tijera. Y lo puso en el pase. De nuevo en el museo de cera le dio el nuevo pase al guardia.


A la izquierda, hacia las escaleras, encontró a Charlie. Conversó un rato con él y salió fuera para volver a la oficina de Taiffy.

Miró la agenda y apuntó el número de Billy Ford, para llamarle por teléfono. Al salir ya estaba el paquete esperándole. Se lo llevó a Charlie, que se puso tan contento que olvidó su maletín. Lo cogió y se lo llevó a Sue. ¿Puedes hacer algo con él desde ahí dentro? Le preguntó.

Sue abrió el maletín en el inventario. Llamó al guardia por el interfono y le pidió que le pintase las uñas.

Ron, vigilante, esperó a que entrara en la celda y se dirigió a la vitrina del jugador de béisbol. Empleó el diamante para cortar el cristal y hacerse con el guante. También cogió la pelota, y bajó al sótano para lanzarla contra la cabeza del guardia.

¡Maldición! Han sido descubiertos. Con sangre fría, Ron esperó a que saliera el Hombre-Menguante y aprovechó que Otto estaba hablando para mirar y usar la cuerda que le ataba a la columna...

El resto ya lo conocéis...

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