Recordando
Retro Review de Chambers of Shaolin

El camino de las artes marciales shaolines

No hace demasiado veía la película Las 36 cámaras de Shaolin, donde un jovencísimo Gordon Liu decide internarse en un templo shaolin para aprender las artes marciales que allí se imparten, teniendo que superar cada una de las 36 cámaras o pruebas para convertirse en todo un maestro. Cuál fue mi sorpresa al encontrar, de pura casualidad, un juego que se asemeja en cuanto al argumento, puesto que controlaremos a un aprendiz que debe iniciar este arduo camino.

El juego fue desarrollado por Thalion Software Gmbh, una compañía alemana, que si bien cuenta con un buen número de títulos (25), al menos a mi no me resulta conocida, aunque sin duda teniendo semejante carrera debieron tener juegos muy buenos que no tuve el placer de probar! Sea como fuere, Chambers of Shaolin, que así se llama el juego, fue lanzado en el año 1989 para Amiga, Atari ST Commodore 64 (curiosísimo que no tuviera versión para DOS). Cuatro años más tarde, tendría un pequeño resurgimiento al salir una versión para Amiga CD32.

Está dividido en dos partes, en la primera deberemos afrontar las distintas pruebas que mencionábamos, aunque en lugar de 36 cámaras como en la película, deberemos superar "tan solo" seis pruebas. ¿Os imagináis 36 pruebas? El juego debería haber venido con una carretilla para tantísimos diskettes. Bromas aparte, en cada prueba tendremos que demostrar auténtica pericia y solo cuando seamos capaces de dominarlas todas, podremos pasar a la segunda parte.

Sin embargo, no es suficiente con superarlas, si no que cuanto mejor lo hagamos más puntos obtendremos en distintas habilidades como fuerza, fuerza de ataque, fuerza de defensa y constitución, que nos ayudará muchísimo en la segunda parte del juego, cuando tengamos que combatir a enemigos reales.

Primera cámara (La prueba del palo): Un maestro del templo vendrá hacia nosotros con cara de pocos amigos y armado con un palo largo con el que nos lanzará distintos ataques (65!). Nuestro objetivo está claro: esquivar tantos envites como podamos

Segunda cámara (La prueba de la agilidad): En esta prueba también deberemos entrenar el esquive, para las incandescentes esferas, deberemos esquivarlas haciendo una voltereta hacia atrás; para las hachas deberemos agacharnos, y para las saltarinas bolas verdes simplemente deberemos ir hacia adelante o atrás para que no nos alcancen. En lugar de un número fijo de ataques, en esta ocasión deberemos aguantar un tiempo determinado (90 segundos)

Tercera cámara (La prueba del equilibrio): En esta prueba, dos monjes que veremos al fondo le darán a una manivela que harán subir y bajar cuatro postes, sobre los que deberemos ir saltando para recoger todos los signos en el menor tiempo posible.

Cuarta cámara (La prueba de la velocidad): En la cuarta prueba deberemos golpear en el momento oportuno una esfera metálica con movimiento pendular para impulsarla hacia su extremo máximo, hasta golpear una hacha que tapará el flujo de agua que inunda la cámara. Al igual que la anterior prueba, el reto está en hacerlo en el menor tiempo posible (y antes de que la cámara se anegue completamente de agua).

Quinta cámara (La prueba de la fuerza): En esta prueba deberemos romper unas tablillas con un golpe seco con el lateral de nuestra mano. Para ello, la prueba consta de dos partes: en la primera deberemos parar nuestra mano cuando esté, más o menos, en el centro de las tablillas y en la segunda deberemos lanzar el golpe en el punto de máxima energía, representado por una barra.

Sexta cámara (La prueba del fuego): Esta prueba se sitúa en el puente de un río. Un monje shaolin, a bordo de una canoa, nos irá lanzando bolas incendiarias que deberemos esquivar primero, para golpear después con el objetivo de quitarlas del puente. Consiste en aguantar 60 segundos.

Entre prueba y prueba se nos hará una explicación de donde provienen y una introducción histórica de la prueba.

En la segunda parte, deberemos derrotar a varios oponentes, uno a uno, en un combate en 2D de scroll lateral, donde deberemos hacer gala de nuestros movimientos. Si superamos a todos nuestros oponentes nos queda la prueba final: derrotar al malvado dragon. En este último obstáculo, deberemos avanzar a través de una pantalla en las afueras de lo que parece ser un templo, esquivando las distintas amenazas que nos salen al paso para acabar peleando contra el temible dragón.

El juego resulta bastante entretenido, pero tiene el problema que tienen mucho de estos juegos: una vez le coges el truquillo, son cortos, fáciles y poco rejugables.