Recordando
Retro Review de The Adventures of Willy Beamish

Jugando a ser un niño rebelde

En NoSoloBits ya os hemos hablado varias veces de Dynamix, una compañía que, a mi parecer, necesita ser reivindicada algo más, porque tuvo juegos realmente buenos como Heart of China o Rise of the Dragon, y algunos experimentos bastante interesantes como David Wolf: Secret Agent, del que os hablamos no hace mucho.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención siempre de esta compañía es que intentó jugar con la jugabilidad de un género tan a veces marcado como el de las aventuras gráficas, dominadas casi totalmente en un cierto punto por el point & click más clásico. Lo del point & click clásico no es una crítica, para nada, pero da gusto ver como otras compañías intentaron introducir sus propios sistemas de jugabilidad.

Dicho esto, ahora quedo mal, porque del juego que os vamos a hablar hoy, The Adventures of Willy Beamish, sí que sigue una jugabilidad bastante similar a la que estamos más acostumbrados. El argumento es el siguiente: Willy Beamish es un niño holgazán, al que le gusta divertirse y huir de las obligaciones. Como no podía ser de otra manera, los adultos, especialmente sus padres, lo persiguen para que no deje de ir a la escuela, para limpiar la obligación y otros quehaceres de un niño de su edad. Sin embargo, ha llegado el momento que Willy estaba esperando, las vacaciones estivales, el momento oportuno para hacer lo que le dé la gana.

Una vez introducido el argumento, pasemos a la jugabilidad. El juego tiene muchísimos diálogos contextuales, en los que podemos ver en grande el rostro del personaje, así como las distintas opciones de diálogo, que tendrán repercusión en el juego, pudiendo incluso perder la partida. Para las acciones podremos rotar los iconos del cursor para caminar, examinar, coger, etc. Evidentemente, tampoco podía faltar el inventario, donde podremos ver los objetos que guardamos en nuestra mochila de escolar.

Una de las cosas más importantes del juego es tener bajo control el reloj que nos indica la hora. Esto es fundamental porque hay ciertas cosas que solo podremos realizar a horas concretas, por lo que si fallamos, podríamos acabar con las aventuras y desventuras de Willy. Esto es, llegar tarde a la escuela, por poner un ejemplo.

Otra cosa no menos importante. Hay una especie de contador de problemas, si este contador se llena, perderemos la partida siendo enviados nada más y nada menos que a la escuela militar. Así que tenemos que portarnos mal, pero sin que nos cojan!

También hay distintos minijuegos, que nos permitirán ganar algo de dinero si los superamos satisfactoriamente. 

A nivel visual el juego tiene un aspecto a veces incluso cartoon, con colores bastante vivos, con escenarios dibujados a mano e integrados perfectamente. En las versiones de Mega CD y PC, el juego tiene voces sintetizadas, algo bastante común en los juegos de la época.

Es una aventura gráfica bastante entretenida, dirigida a un público no tan adulto, quizá los aventureros más experimentados también se pueden sentir un poco fuera. En estética, jugabilidad, etc, me recuerda mucho a EcoQuest, para que os hagáis una idea. Merece la pena echarle un vistazo!