Recordando
Retro Review de Ringworld: Revenge of the Patriarch

El universo de Larry Niven

Como sabemos que lo estábais deseando, volvemos a una review de una aventura gráfica, con la no demasiado conocida ni tampoco exitosa Ringworld: Revenge of the Patriarch. Sin embargo, el mundo en el que se basa, el Mundo Anillo, sí lo es, especialmente entre los amantes de la ciencia ficción, quienes tienen a Larry Niven, su autor, en un pedestal. No confundid con el Mundo Disco de Terry Pratchett y sus adaptaciones al videojuego, de las que quizá podamos hablar algún día.

El juego fue desarrollado por Tsunami Media, una compañía radicada en los alrededores del parque de Yosemite, algo que no es casual, puesto que su fundador, Edmond Heibockel, fue un cargo importante de Sierra On-Line, quienes también se encontraban en la misma zona. La compañía apostó siempre por las aventuras gráficas (aunque no exclusivamente), siendo ésta y Blue Force point & clicks de corte más clásico, para luego adentrarse en algo que denominaron Intelligent Motion Pictures, que no es nada más que un Full Motion Video (FMV), pero con otro nombre más bonito. En resumen, lo que se puso tan de moda a mediados de los 90 con la implantación total del CD: películas interactivas o videojuegos cinematográficos, como prefiráis, juegos en los que se mostraba imagen real de actores y en las que el jugador podía interactuar. Un género que envejeció rapidísimo, en cuanto las capacidades gráficas con las aceleradoras 3D se impusieron y el renderizado de gráficos evolucionó notablemente.

Como comentábamos antes, el juego está basado en el Mundo Anillo de Niven, un planeta artificial en forma de anillo que orbita alrededor de una estrella. En este caso, no está basado directamente en ningún libro en concreto de la saga. Nuestra misión será prevenir que la raza alienígena Kzinti empiece otra guerra contra la Humanidad.

Es una point & click bastante clásica, cualquier aventurero se hará pronto con su interfaz. Las acciones aparecen en un menú contextual con iconos (inventario, hablar, andar, mirar, accionar...). Por lo demás, insistimos, no tiene ninguna novedad destacable en cuanto a jugabilidad.

Por destacar algunas cosas, el diseño de los escenarios intergalácticos es muy, muy bueno, con infinidad de localizaciones diferentes, repleta de detalles. Por otra parte, los diálogos tienen una importancia crucial en esta aventura, en mi opinión es uno de sus lastres, quizá hay demasiados, demasiado "novela".

También tiene algún "minijuego", no demasiado destacable, como cuando deberemos conducir nuestro vehículo a través de un desierto planetario.

En los diálogos con otros personajes "se recupera" aquello que Monkey Island puso de moda (o en otras aventuras de LucasArts), de ver la cara de nuestro interlocutor en grande, dándole más definición en nuestra cabeza a los personajes.

En mi opinión, es muy llamativa visualmente, la historia está muy bien también pero a veces va algo en contra de lo que realmente se trata un videojuego: jugar. En cualquier caso, aunque no pertenezca al olimpo de las aventuras gráficas, merece la pena echarle unas horas, especialmente para los aventureros más ávidos.

Ya sabéis que nos gusta cerrar muchas veces con una curiosidad: en alguna de las ediciones venía con un ejemplar gratuito del primero libro de la saga.