Recordando
Retro Review de Traitors Gate

Robando las Joyas de la Corona

Hoy os traemos Traitors Gate. En cierta manera, os puede sorprender porque solemos irnos mucho más atrás, pero ya han pasado 23 años desde su lanzamiento y quizá merezca tener también unas frases en esta página.

En la actualidad, raro es el juego con un presupuesto medio-alto que no tenga una pátina totalmente cinematográfica, unos gráficos espectaculares. La tecnología lo ha permitido y digamos que la gran diferencia con el pasado es que ese entorno es totalmente interactuable, ahora explicaré el porqué.

En la segunda mitad de los noventa, aparecieron los Full-Motion Video, más conocidos como FMV, que apostaban por un entorno prerrenderizado, rodado con actores y demás. Traitors Gate no es exactamente eso, puesto que los entornos no eran "rodados", pero sí querían dar la sensación de estar en una película interactiva. La gran diferencia respecto a los videojuegos actuales, es que la interacción con este entorno era muy estática, se limitaban a transiciones, más o menos conseguidas, pero no había una libertad de movimiento del personaje como sí la hay ahora. Por otra parte, siempre se desarrollaba en primera persona, nunca veías a tu personaje moverse en tercera persona, por lo que comentaba anteriormente: la tecnología aún era limitada y todo el diseño de niveles y estancias tenían las interacciones perfectamente definidas.

La compañía encargada del desarrollo fue Daydream Software AB quienes, en cierta manera, ya habían hecho un juego con temática similar, Safecracker, sobre un personaje que se dedicaba a abrir cajas fuertes, mientras que en Traitors Gate eres un agente especial que debe evitar un robo, como un ladrón de guante blanco pero que en realidad no quiere robar, sino evitar el robo. La compañía no tuvo demasiado recorrido, solo 5 juegos en su haber. De hecho, Traitors Gate tuvo una secuela, titulada Traitors Gate 2: Cypher, pero ya no fue desarrollado por Daydream.

Volvamos al lío, que nos estamos yendo. El argumento es el siguiente: somos el agente especial Raven cuya misión es evitar el robo de las Joyas de la Corona, quienes están en riesgo debido a un corrupto director del Pentágono americano, quien planea hacerse con ellas. El problema es que el servicio secreto británico no ha sido alertado, por lo que nos deberemos adentrar en la Torre de Londres y reemplazar las joyas originales por unas copias. Por supuesto, sin ser visto en ningún momento.

Como comentaba anteriormente, el juego se desarrolla en primera persona y nos desplazaremos por el escenario a golpe de click, con las transiciones que comentaba. La mayor parte del juego es la resolución de puzzles, sea desactivar sistemas de seguridad, hackear algún que otro ordenador, como si de minijuegos se tratase, además de la clásica recolección de ítems que portaremos en nuestro inventario para ser utilizado donde se requiera. Una de las cosas llamativas del juego es que es totalmente abierto, en el sentido de que nos podremos desplazar por todo el mapeado de la torre, no está tan limitado.

Una cosa que me molestaba era tener que cambiar constantemente de CDs. El juego constaba de cuatro, cada uno con su región del mapeado, pero al tener que ir hacia delante y hacia atrás, a veces era un poco agobiante.

Una de las grandes dificultades del juego es que tenemos tiempo limitado para completarlo. A medida que vamos jugando, este tiempo corre en tiempo real. Si no conseguimos reemplazar las joyas y salir en menos de ese tiempo seremos detenidos y nuestra misión acabará en fracaso. Un punto muy importante para nuestro éxito es hacernos al mapeado de la torre, que se muestra en la parte inferior de la interfaz, cuando antes nos desplacemos a donde queremos, mucho mejor, puesto que ahorraremos preciado tiempo.

Una de las cosas que me llamaba muchísimo la atención era la cantidad de minijuegos que tenía, para ir avanzando en la historia. Con alguno de ellos te tienes que devanar los sesos, pero siempre de forma muy entretenida, instructiva y, sobre todo, supone un reto.

Por otra parte, la capacidad inmersiva. Te daba la sensación en muchas ocasiones de realmente ser un agente especial, me encanta la ambientación.

Tengo la sensación de que pasó sin pena ni gloria, así que desde estas líneas lo reivindicamos!