Recordando
Retro Review de Raiden

Surcando los cielos para detener la amenaza alienígena

En la retro review dominical de hoy voy a salir de mi zona de confort (aventuras gráficas!) para hacer la review de algo radicalmente distinto: un arcade "matamarcianos", uno de los más conocidos, Raiden.

Una pequeña curiosidad antes de empezar, el nombre del juego es la composición de dos palabras japonesas, "Rai Den" que significan "trueno" y "relámpago" respectivamente. Todo el sentido del mundo que el personaje de Mortal Kombat se llame así.

Dicho esto, el juego fue desarrollado por Seibu Kaihatsu, para las máquinas arcade y lanzado en el 1990 al mercado. Como solía ser habitual, si el juego tenía éxito se empezaban a desarrollar las versiones caseras, muchas veces desarrolladas por terceras compañías y distribuidas por otras que tuvieran experiencia para esas plataformas (o mercados) en concreto. En este caso, el grueso del desarrollo recayó sobre la propia compañía. El exitazo provocó que el juego se convirtiese en una saga que ha llegado hasta prácticamente nuestros días.

En este tipo de juegos, en aquél momento de la historia de los videojuegos, solía ser lo de menos, servían para dar un poco de contexto y nada más. En cualquier caso, es éste: en el año 2090, la Tierra es invadida por extraterrestres. La Alianza Mundial de Naciones ha desarrollado un caza supersónico llamado Raiden, para defender la tierra. Un bravo piloto tomará los mandos del caza y tratará de destruir las naves invasoras.

Siempre he pensado que para jugar a matamarcianos debes tener una paciencia infinita y unos magníficos reflejos. Las primeras pantallas suelen ser una toma de contacto, pero a medida que avanzas, la cantidad de enemigos, obuses y demás amenazas en pantalla es algo tremendo.

La jugabilidad es la clásica para este género, scroll vertical de la pantalla, y podemos mover la nave en todas las direcciones cardinales, para evitar principalmente ser alcanzados por los proyectiles enemigos. En estos juegos es primordial dejar el botón de fuego apretado y no pararnos de mover para abatir a todo lo que se nos ponga por delante, recogiendo los muy necesarios power-ups que harán cambiar la potencia de fuego de nuestra nave, así como las medallas y otros objetos que nos darán puntos de bonificación (es un arcade, y siempre estar en lo alto del hi-score mola).

Además del ataque normal, que es ilimitado incluso con power-ups mientras no muramos, disponemos de un superataque de zona muy potente, en forma de misil, pero este sí que tendremos que utilizarlo con cuidado porque son limitados.

Como no podía ser de otra manera, vas pasando la pantalla destruyendo multitud de enemigos, llegando hasta el final de la pantalla, prometiéndotelas felices pero... aparece el final boss del nivel. Normalmente es un enemigo de proporciones bíblicas, durísimo de destruir y con una potencia de ataque demoledora.

Antes he dado muchos consejos, pero el consejo final es éste: apréndete las rutinas de movimiento y ataque de los enemigos, especialmente las de los final bosses, porque son gran parte de la garantía de éxito, ya que muchas veces la única posibilidad de escapar del ataque es saber por donde van a salir los proyectiles y que trayectoria van a seguir.

El juego es tan frenético como divertido y la jugabilidad es impresionante incluso hoy en día. Son de aquellos juegos que aguantan muy bien el paso de los años, aunque si se os atraviesa por algún motivo siempre podéis probar alguna de las continuaciones de la saga!

Como último apunte, incluso llegó a aparecer una versión en CD para TurboGrafx con más de 40 minutos de música, para hacer las delicias de los fanáticos del juego.