Recordando
Retro Review de Yie Ar Kung-Fu 2: The Emperor Yie-Gah

Lee Young y su camino a la maestría

Hace ya la friolera de 8 (!) años que hicimos la retro review de Yie Ar Kung-Fu. Tiempo suficiente para que hagamos la review de su segunda entrega que, si bien no contó con el mismo éxito que su predecesor, bien merece unas lineas en NoSolobits. Esta segunda entrega se tituló Yie Ar Kung-Fu 2: The Emperor Yie-Gah, y es una secuela directa del que apareció para MSX/Nes, más que el de las recreativas. Entre una y otra entrega no llegó a pasar ni un año, los tiempos de desarrollo han cambiado tanto...

En esta ocasión nos volvemos a poner en la piel de Lee Young, el mismo protagonista del juego previo, en su duro camino para convertirse en un maestro del kung-fu. Pero no todo será tan fácil: Young es hijo de un bravo guerrero que liberó China de la banda llamada Chop Suey. Sin embargo, un miembro sobrevivió y se proclamó así mismo Emperador Yie-Gah; como su padre, deberá derrotar a Yie-Gah y a sus secuaces.

Hay una diferencia respecto a su antecesor y es que en cada nivel tendremos que batir algunos ninjas u otros enemigos antes de llegar al final boss de cada nivel. Hay distintos power ups, como el té oolong para rellenar nuestra vida y el plato lo mein, que nos conferirá invencibilidad permanente.

Lo que sí es muy similar a su antecesor es la batalla con el enemigo final de cada nivel. Es una lucha 1 contra 1, donde veremos las dos barras de energía en la parte superior de la interfaz y tendremos que utilizar nuestro repertorio de patadas, puñetazos y patadas voladoras para vencerlos. 

Los enemigos finales tiene una ventaja respecto a nosotros y es que cada uno de ellos tiene una arma especial, que no dudarán en utilizarla con fines malvados contra nosotros. Como era habitual en aquellos tiempos, había que aprender algunas de las rutinas que utilizaban los enemigos, especialmente la forma en que utilizaban las armas.

El objetivo: llegar hasta el combate final contra el Emperador Yie-Gah y molerlo a golpes de kung-fu y así salvar una vez más a China de las garras mafiosas.

El juego no está nada mal, pero como comentábamos antes, no contó con el arrollador éxito (especialmente en recreativas) del que gozó la primera entrega.