El cine de serie B hecho videojuego
En anteriores ocasiones os hemos hablado de Cinemaware, una pequeña empresa norteamericana que apostó porque sus juegos tuvieran un aspecto cinemático, no en vano, el logo de la compañía recuerda mucho al de Cinemascope. Hoy os vamos a hablar de It Came From the Desert, un juego que recuerda sin ningún tipo de duda a la película La Humanidad en Peligro (Them!, Gordon Douglas 1954) en particular y al cine de ciencia ficción de serie B de los años 50 en general.
El argumento del juego es el siguiente: tomamos el rol del Dr. Greg Bradley, un geólogo, que llega recién a un pueblo. Con ganas de satisfacer sus conocimientos científicos, se prepara para estudiar el lugar de colisión de un misterioso meteórito, pero lo que encuentra no será precisamente lo que andaba buscando, puesto que una horda de hormigas gigantescas están sembrando el pánico.
El juego se desarrolla como una aventura gráfica pero con bastantes particularidades. La trama se desarrolla en el pueblo de Lizard Breath donde, a través de un mapa, nos podremos ir desplazando a una u otra localización, teniendo en cuenta el coste temporal de estos desplazamientos, ya que el tiempo tiene una importancia capital dentro de la aventura.
Sin embargo, en lugar de seguir el camino de la mayoría de aventuras donde tenemos que encontrar ítems y utilizarlos en los lugares adecuados, este juego transcurre más como una película donde lo importante serán los diálogos con los distintos miembros de la comunidad, para ir desentrañando el misterio. Esto hace que el juego se haga demasiado lineal, aunque está aderezado con varios minijuegos, que principalmente se basan, de una forma u otra, en abatir a las hormigas gigantescas, ya sea a punta de pistola o utilizando explosivos.
Si hay algo en lo que destacaba especialmente Cinemaware era por la enorme calidad de sus gráficos, consiguiendo la tan cacareada calidad cinematográfica que promulgaban (se entiende, para los estándares de la época).
Intentando aprovechar el relativo éxito de la primera parte, sólo un año más tarde apareció una segunda parte, aunque los problemas económicos de la compañía ya se hacían patentes y tan solo un año después se declararían en bancarrota. El nombre de la compañía y sus propiedades intelectuales han ido pasando a lo largo de los años por varias manos, sacando reediciones de los títulos más importantes como Defender of the Crown, aparecido en 2002.