Persecuciones en isométrico
Volvemos a la era de los 80 para hablar de Q*bert, un peculiar arcade desarrollado por Gottlieb, una conocida empresa fabricante de Pinballs que amplió su negocio desarrollando videojuegos arcade. Q*bert fue todo un éxito y aún a dia de hoy es recordado por muchos jugadores.
Q*bert fue lanzado en el año 1982. Durante su desarrollado fue llamado de distintas formas: Cubes, Snots And Boogers y @!#?@!. El juego fue muy bien recibido por la crítica y público y llegó a vender 25.000 máquinas arcade, todo un éxito comercial en aquella época. Q*bert fue uno de esos juegos con un gran impacto en la cultura popular y saltó de los videojuegos a otras formas de entretenimiento como los dibujos animados o los juguetes. Este éxito hizo que el juego fuera llevado a multitud de plataformas domésticas, y que salieran varias secuales y se haya ido relanzando con el paso de los años. En 2014 fue lanzado Q*bert Rebooted para PC, Móviles, PS3, PS4, PS Vita y Xbox One, que incluye tanto la versión original como un modo original.
El gameplay de Q*bert es sencillo pero a la vez muy difícil de dominar ya que hay controlar muchos elementos en pantalla. El juego muestra una pirámide de 7 niveles formada por cubos una en vista isométrica (fue uno de los primeros juegos en mostrar esta vista). Q*bert aparece al principio de cada nivel en la parte alta de la pirámide, y el objetivo es cambiar de color la cara superior de todos los cubos saltando sobre ellos. En los primeros niveles solo hace falta pasar una vez por cada cubo, pero en niveles posteriores habrá que pasar varias dos por ellos para que adquieran el color objetivo, o bien los cubos cambiarán de color cada vez que pasemos en vez de mantenerse en el color final.
Nuestro amigo Q*bert no está solo en la pirámide, varios enemigos lo molestan y hacen que el juego sea bastante complicado. Hay 3 tipos de enemigos:
- Coily: Este personaje aparece siendo un huevo en la parte de arriba de la pirámide, y va bajando de forma aleatoria. Cuando llega a la base, una serpiente sale de él, que empieza a seguir a Q*bert de forma incansable.
- Ugg y Wrongway: Aparecen por la parte baja de la piramide y van subiendo hasta arriba, donde se caen de ella.
- Slick y Sam: Por donde pasan, van convirtiendo los cubos a su color original.
- Bolas rojas: Van botando hacia abajo aleatoriamente.
Las reglas de lo que debemos evitar son sencillas. Todo lo que se mueva que no sea de color verder matará a Q*bert al tocarlo. De elementos verdes tenemos a Slick y Sam, que los podemos eliminar para que no deshagan nuestros avances, y unas bolas verdes que al tocarlas paralizarán a los enemigos durante unos segundos. Si nos mata un enemigo, perdemos una vida y volvemos a empezar desde la casilla donde nos ha matado. Esta muerte del personaje es uno de los momentos más recordados del juego, Q*bert pronunciando una palabra en su idioma acompañado de un globo de texto con diferentes caracteres. También podemos perder una vida si nos caemos por los límites de la pirámide. Al perder todas las vidas, es Game Over sin posibilidad de continuar.
Para ayudarnos a huir de los enemigos hay otro elemento importante en las pirámides, unos discos que transportan al protagonista a la parte superior de la pirámide y eliminan a todos los enemigos que haya en pantalla en ese momento excepto a Coily, la serpiente. Para eliminar también a la serpiente debemos hacer que se acerque a nuestra posición, y entonces usar el disco, de esta forma la engañaremos y saltará al vacío.
Para acabar, una pequeña curiosidad. Q*bert es uno de los juegos desenchufados que salen en la peli de Rompe Ralph, y los personajes que le acompañan pidiendo limosna son los enemigos que le hacen la vida imposible en el videojuego. También aparece en la película Pixels acompañando a los protagonistas de la película.
Q*bert es un clásico de los arcade que a día de hoy tiene gracia jugarlo. Por supuesto, es un juego difícil de dominar y con el que hay que tener paciencia, pero si os gustan los juegos que ofrecen un reto y superar el marcador máximo es un candidato perfecto.