Recordando
Retro Review Diablo

La infinita batalla entre el bien y el mal

Pocos son los jugadores que no conocen la saga Diablo, que junto a Warcraft y Starcraft son los 3 grandes pilares que mantienen a Blizzard Entertainment como una de las grandes desarrolladoras de los últimos años. Ahora podemos disfrutar del genial Diablo III, el cual acaba de cumplir su segundo aniversario y cuya expansión Reaper of Souls fue publicada hace pocos meses. Pero esta saga empezó hace ya muchos años atrás, tal y como veremos a continuación...

En la segunda mitad de los años 90, empezó la revolución gráfica de los ordenadores personales. Empezaron a venderse las primeras tarjetas con aceleración gráfica (la extinta marca 3dfx) y con ellas empezaron a publicarse juegos con gráficos que no se podían conseguir hasta el momento. Recuerdo de pequeño estar ansioso de cambiar mi gráfica por una más potente para poder jugar a Diablo, que aunque no era necesaria la aceleración 3D, sí que requería una tarjeta más potente que mi antigua gráfica de entonces. ¡Qué tiempos!

Diablo fue publicado en 1997 para PC (finales de 1996 en EEUU), y en 1998 salió una versión para Mac y para Playstation. El juego fue desarrollado por Blizzard North, anteriormente conocido como Condor Games, la cual fue adquirida por Blizzard durante el desarrollo de Diablo. En 1998 llegó a Europa Diablo: Hellfire, una expansión desarrollada por Synergistic Software y publicada por Sierra On-Line, el cual añadía una nueva historia y una nueva clase, el Monje. En cuanto a la recepción del juego, fue muy aclamado tanto por crítica especializada como usuarios, destacando su excelente atmósfera y su gran rejugabilidad.

Junto con Diablo también se lanzó el servicio Battle.net para que jugadores de todo el mundo pudieran jugar al juego online con otros jugadores creando partidas y pudiendo chatear entre ellos. Este servicio aún existe, de hecho, se ha convertido en el lanzador de los juegos de Blizzard.

En Diablo existen 3 mundos, Sanctuary: el plano físico donde viven los humanos; El Infierno: tierra de los demonios; y El Cielo: dominio de los ángeles. En una batalla infinita entre Ángeles y Demonios, cada bando buscaba aliados humanos para que les ayudaran a ganar esa guerra. Finalmente, en un conflicto entre los demonios, Diablo fue exiliado al mundo de los humanos junto a Baal y Mefisto. Estos 3 demonios sembraron odio, destrucción y terror por todo Sanctuary, pero finalmente fueron encerrados en piedras de alma y controlados. La piedra de Diablo fue enterrada a gran profundidad y un monasterio fue construido sobre ella.

Muchos años después, con el propósito del monasterio ya olvidado, se fundó la pequeña aldea de Tristán. Cuando el Rey Leoric mandó rehacer el monasterio como Catedral, Diablo pudo influir en el Arzobispo para que lo liberara. Con Diablo de nuevo libre, El Rey Leoric fue dominado por Diablo y comenzó una Guerra Civil. Tristán se convirtió en un pueblo lleno de terror donde la gente desaparecía sin dejar rastro. En ese momento es donde entra en escena nuestro personaje, un héroe con la intención de explorar la catedral de Tristán y derrotar al mal que acecha al pueblo y a toda Sanctuary.

Diablo es un juego de rol dentro del género hack and slash y dungeon crawler. Dicho de otra forma, en él debemos recorrer mazmorras derrotando a los enemigos que salgan a nuestro paso, consiguiendo un ritmo de acción muy elevado. Tres son los personajes que podemos elegir para explorar las mazmorras:

  • Guerrero: La clase cuerpo a cuerpo del juego. Su atributo principa es la fuerza y tiene más resistencia física. Puede reparar su propio equipo, sacrificando los puntos de globales de durabilidad del objeto que repare.
  • Arpía: Experta en armas a distancia. Su atributo principal es la destreza. Puede detectar y desactivar trampas.
  • Hechicero:  Es la clase más débil físicamente, pero puede aprender poderosos hechizos. Su atributo principal es la magia. Su habilidad principal es recargar armas mágicas.

Elegido nuestro personaje, empezamos en el pueblo de Tristán, donde podemos hablar con los pocos habitantes que quedan y comerciar para comprar nuevas armas, armaduras, pergaminos, pócimas y otros objetos de utilidad. El juego se controla con el ratón para mover al personaje, interactuar con objetos, atacar a enemigos y usar habilidades. El teclado sirve para usar objetos y habilidades mediante hotkeys.

El objetivo del juego es bien sencillo, aunque esto no significa de que vaya a ser fácil completarlo. Debemos adentrarnos en la catedral y explorar cada uno de los 16 niveles que la componen, hasta encontrarnos con el mismísimo Diablo en el infierno. En cada nivel nos encontraremos diferentes criaturas a las que enfrentarnos, como esqueletos, zombies y demonios. Además, encontraremos algunos monstruos únicos y especiales que nos pondrán las cosas muy difíciles, además de diferentes jefes finales, como el famoso Carnicero.

Una de las grandes bazas de Diablo es la generación aleatoria de niveles. Cada vez que entremos en un nivel, la generación de este será totalmente diferente a la anterior. Esto hace que el juego sea muy rejugable, ya que en diferentes partidas podemos enfrentarnos a enemigos y obtener objetos que no hemos visto anteriormente. En los diferentes niveles hay portales que nos permiten movernos rápidamente entre Tristán y los niveles. Al igual que con las mazmorras, el equipo también lo obtenemos de forma aleatoria, pudiendo conseguir todo tipo de armas y objetos con diferentes formas, nombres y propiedades especiales. Esto hace que estemos deseando de enfrentarnos a nuevos enemigos y abrir valiosos cofres para ver si conseguimos un equipo mejor al que tengamos actualmente.

En Diablo hay 2 indicadores fundamentales, la Vida y la Magia, indicadas por una bola roja y una bola azul respectivamente. La vida es lo que nos mantiene en pie, y si llegamos a cero moriremos, aunque podemos revivir tantas veces como queramos. La magia sirve para que nuestro personaje ejecute habilidades especiales. Tanto la vida como la magia se pueden recargar consumiendo pociones. Como el inventario es bastante limitado, tenemos que ir viajando a Tristán a menudo para comprar pociones o vender objetos que hemos ido cogiendo, así que disponemos de unos pergaminos que nos permiten hacer un portal temporal para ir a la ciudad, comerciar, y volver al punto de la mazmorra donde nos encontremos en ese momento.

Otro aspecto importante del juego son los puntos de habilidad, los cuales podemos asignar cuando subimos de nivel consiguiendo experiencia al derrotar enemigos. Son cuatro puntos diferentes: Fuerza, Destreza, Inteligencia y Vitalidad. Además, también iremos aprendiendo diferentes habilidades al subir de nivel, cada vez más poderosas.

Abriendo el inventario, podemos ver los objetos que lleva equipado nuestro personaje en ese momento: casco, armadura, arma (o arma y escudo), amuleto y 2 anillos. Junto a los puntos de habilidad, hay que elegir estos objetos con sabiduría, ya que afectarán a nuestro estilo de juego. Por ejemplo, podemos centrarnos en causar grandes daños, tener un personaje equilibrado, etc.  Aunque de una forma bastante limitada, y que se ha mejorado con las siguentes entregas de la serie, los objetos equipados modifican la apariencia de nuestro personaje.

Durante mucho tiempo ha existido el rumor de que en Diablo también existe el famoso nivel de las vacas (Secret Cow Level), pero no hay pruebas de que este nivel exista. En la expansión Hellfire sí que existe la Cow Quest, pero poco tiene que ver con el nivel de las vacas infernales.

El gran potencial de Diablo se desató con su segunda parte, lanzada en el año 2000, donde realmente se aprovechó el modo multijugador, el cual aún está operativo y con gente participando. Pero como siempre digo en estos casos, aunque la primera parte se ha visto superada por siguientes entregas, sigue siendo un gran juego que merece la pena disfrutarlo.