Recordando
Retro Review Defender of the Crown

Luchando por la corona

Defender of the Crown...... qué recuerdos!! La extinta empresa Cinemaware, conocida principalmente por sus hitos gráficos, se desmarcó en el año 1987 con un juego de estrategia que combinaba partes de acción, como justas de caballeros o asaltos a castillos. Sus deslumbrantes gráficos en algunas plataformas, especialmente Amiga, encandiló a toda la prensa especializada y rápidamente, además de obtener muy buenas notas, se convirtió en un juego de culto, que años más tarde tendría un aceptable remake. El juego fue diseñado por Kellyn Beck, quien años después también diseñaría el conocido Centurion: Defender of Rome.

El juego se sitúa en los años oscuros de Inglaterra y encarnas un Lord con una pequeña porción de tierra. Sin embargo, el país se ha dividido tras el asesinato del Rey, iniciando una discusión entre Normandos y Sajones, quienes se acusan mutuamente de haber cometido el crimen. Por si no fuera poco, la corona del Rey ha sido sustraída. En este momento, tu nobleza saldrá a flote, y con la ayuda de Robin Hood, quien te da unos consejos en el bosque de Sherwood, decidirás levantarte en armas y reunificar el reino de Inglaterra, así como recuperar la corona y descubrir al culpable del asesinato.

Defender of the Crown se desarrolla bajo el sistema de turnos, donde veremos un mapa de Inglaterra dividido en provincias. Inicialmente empezaremos con una sola provincia que posee un castillo, fortaleza que deberemos defender hasta las últimas consecuencias, escogiendo previamente al personaje que queramos, todos ellos con sus virtudes y defectos, por ejemplo, unos serán más diestros en el uso de la espada, y otros en las justas.

El objetivo del juego es conquistar todas las provincias, empezando con un pequeño ejército que podrás ampliar utilizando la tesorería que incrementará cada turno, en mayor o menor cantidad dependiendo del número de provincias que poseamos y las rentas que cada una de, por lo que no todas las provincias serán igual de valiosas. En cada turno podremos escoger entre un conjunto de acciones, como traspasar tropas del castillo a tu ejército de campaña o viceversa (tenemos que tener cuidado de no dejar nuestros castillos desprotegidos ni ir a la guerra con pocos efectivos). Por otra parte, podremos organizar torneos de justas, en los que podremos escoger competir por fama o por territorios, siendo recomendable la primera opción si aún no tenemos mucha práctica. Cuando se justa, veremos en primera persona como cabalgamos hacia el enemigo y deberemos posicionar nuestra lanza en el lugar y en el momento justo para derribar a nuestro enemigo y que él no nos derribe. El resultado de la justa, puede ser decisivo.

Otra de las acciones a realizar es conquistar un territorio. Si éste no está ocupado, lo conquistaremos sin más, pero si no es el caso, deberemos enfrentarnos al ejército que allí haya apostado. Durante la batalla, que es automática, podremos dar órdenes a nuestras tropas para que realicen cargas feroces, flanqueen al enemigo, ordenar la retirada, etc; el ejército ganador se quedará el territorio. Si la provincia tiene castillo, necesitaremos al menos una catapulta para derribar las murallas; una vez derribadas, la lucha se desarrollará como en una provincia normal.

Ahora bien, también podremos tomar el castillo al asalto. Esta es la parte más arcade del juego, donde tres de nuestros audaces soldados se adentrarán en el castillo y deberán abatir a los enemigos que salgan a nuestro paso. Si lo conseguimos, un buen puñado de oro se sumará a nuestras arcas, permitiéndonos comprar nuevos soldados, caballeros o, incluso, construir un castillo en una provincia. Por otra parte, el enemigo también podrá atacar nuestro castillo, que no deberemos perder si no queremos dar por finalizada la partida, por lo que es importante siempre guardar una fuerte guarnición allí.

Durante el juego pueden suceder dos eventos aleatorios. Uno de ellos es que los ladrones nos roben parte de nuestra tesorería, menguando nuestra capacidad de aumentar el ejército; el otro, es el secuestro de una bella dama. En este segundo caso, deberemos escoger si queremos intentar salvarla, en el caso que escojamos que sí, deberemos combatir en una pantalla muy similar a la del asalto al castillo, lo que en lugar de oro conseguiremos casarnos! También disfrutaremos de una romántica cinemática.

Hay una última opción, la de inspeccionar un territorio, para saber cuanto dinero ganaríamos con él por turno si lo llegamos a conquistar, así como el noble que lo defiende y sus cualidades.

Sin duda alguna, un juego muy entretenido y muy completo para la época en la que salió. Bastante parecido a otro que ya analizamos hace un tiempo, Joan of Arc: Siege and the Sword, aunque éste recibió bastantes mejores críticas y gozó de mayor fama.