Guía de Are you Afraid of the Dark: The Tale of Orpheo’s Curse

El Secuestro

Solución

Orpheo era un gran mago. Su fama era tan grande que llegó a tener su propio teatro, el Teatro Orpheo. Siempre estaba lleno, con sus increíbles trucos, Orpheo llamaba la atención de la gente. Si no hubiera sido por aquel accidente con su hija, aquel 31 de octubre, quizás no se hubiera hundido en el dolor y abandonado el teatro. Sí, hizo desaparecer a su hija, y ella no volvió jamás. Algunos dicen que enloqueció, y que su espíritu vaga por el teatro como alma en pena.

Lo que yo sí recuerdo fueron aquellos dos chavales, sesenta años después, Terry y... Alex, sí. Terry se llevó a su hermano porque creía firmemente en la magia. Sin embargo, su hermano pensaba que sólo eran trucos baratos. Fueron a la parte trasera del edificio, para entrar por la puerta de artistas. Aquella puerta conducía a la parte de atrás del escenario. Casi se mueren del susto, porque el fantasma de una mujer apareció y su cabeza comenzó a rodar hasta sus pies. La puerta se cerró y un nuevo fantasma apareció, el propio Orpheo. Él les comentó su necesidad por encontrar ayudantes, y aquella noche ellos eran los afortunados. El mago se llevó a Terry a una habitación con muchos objetos y, al ver que no había conseguido traer al otro chaval, dejó a la chica y fue a por Alex.

Terry se hallaba encerrada en un museo de curiosidades y, mirando la bola de cristal, recibió el mensaje de la mujer que antes había perdido la cabeza: debían abandonar el teatro antes de medianoche para escapar de la maldición de Orpheo. Para salir, siguió las indicaciones, pulsó las manchas de la pared detrás de la gran cobra. El mecanismo comenzó a funcionar y una gran puerta se abrió detrás de un cráneo de búfalo. Llevaba a otra sala, al museo de cera. Empezó a examinar las figuras hasta el libro de Merlín, donde escuchó algo referente a colores. A través de la lupa de Holmes, observó que a través de una caja verde había dos ojos de cristal. En uno de los pasillos, detrás de una cortina, Terry descubrió una puerta, pero como no había luz no pasó. Caminando llegó hasta la sala de modelado, donde encontró en los cajones una vela y ojos de colores. Recordando lo que había leído con el libro de Merlín, colocó sobre la máscara cercana un ojo azul y otro verde. Otro mecanismo comenzó a sonar, pero ella subió al techo hasta hallar un dispositivo contra incendios, activándolo. Así, pudo regular la temperatura de la cera caliente.

Siguió hasta la puerta nueva que se había abierto, hacia unos camerinos. Después de recoger una llave, encontró un cartel de Orpheo con dos chicas a su lado. Tras recoger un cristal para gafas, y ponerlo en las gafas rotas, al usarlas tuvo una visión: las dos chicas eran Mary y Elizabeth, y la primera se había enfadado y había lanzado una maldición sobre su padre, para que todos sus trucos funcionaran mal y ella fuera una estrella.

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